¡Dios ha muerto! O al menos eso dijo Nietzsche, y parece que no se equivocaba del todo en el caso de Europa. El catolicismo parece ser cada vez menos atractivo en el viejo continente y la Santa Sede es consciente de ello, por eso está buscando un nuevo epicentro religioso, y parece que lo ha encontrado: África. Con unas circunstancias sociales y económicas generalmente desfavorables y un aumento de la población constante, la presencia del catolicismo parece haberse abierto paso y cogido carrerilla suficiente como para seguir expandiéndose fácilmente durante las próximas décadas. Pero, por supuesto, no sin antes enfrentarse a sus demonios internos y a los retos del Islam. ¿Cómo está la Iglesia Católica expandiendo su influencia en África? ¿Cómo es la diplomacia vaticana? ¿Es posible que Europa esté siendo sustituida por otra región del mundo más abierta al catolicismo?